viernes, 12 de junio de 2015

El ejemplo de la derrota

"Lo he errado todo definitivamente; todo ha acabado ya sin que yo hubiera podido empezar realmente; puedo afirmar, pues, que he vivido una vida humana" (Imre Kertész, Diario de la galera, p. 106). 
Honoré Daumier
Por J. Teresa Padilla

Toca poner fin a esta semana. Una semana en la que no me he logrado quitar a don Quijote de la cabeza. En que me he indignado con el desprecio de algunos por la obra original y por la inteligencia de sus posibles lectores. En que he intentado olvidar estas afrentas buscando consuelo en la propia novela y reclamando la legítima propiedad que todos los que hablamos castellano tenemos sobre ella, especialmente los Sanchos. Sólo así la arrancaremos de las manos de los pedantes bachilleres que pretenden escondérnosla.

Ya Ortega y Gasset, insigne miembro, entre otras cosas más dignas de alabanza, de la casta de los bachilleres, desaconsejaba la lectura escolar de El Quijote. La consideraba desmoralizadora. Otro que, desde la condescendencia paternalista, pretendía, supuestamente para protegernos, ocultarnos la verdad quijotesca. Otro que no entendía realmente nada.

No quiero seguir insistiendo sobre esto. No porque no valga la pena ni sirva para nada: yo sí creo haber entendido el ejemplo de don Quijote y éstas no son razones para no hacerlo; más bien al contrario. No voy a seguir desarrollando este tema porque los bachilleres me aburren y me aburre seguir escribiendo sobre ellos. No quiero ni pensar lo que sentirían los que me leyeran.
Así que he decidido poner fin a esta semana con un poema. No mío, más quisiera. Ni de Cervantes. Un poema que nos presenta a don Quijote en toda su belleza y su verdad. Una verdad que nos acoge y da aliento y fuerza, también moral.


Antonio Saura
VENCIDOS

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.

Va cargado de amargura,
Salvador Dalí
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!

¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
Pablo Picasso
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...

León Felipe (1884-1968). Poema incluido en Versos y oraciones de caminante, I (1920).

No, no me olvido, Marisa. ¡Ay, Serrat, Serrat!

4 comentarios:

  1. ¡Pero claro! ¡Qué torpe he estado! ¿Cómo no se me habrá ocurrido a mí recomendarte este poema de León Felipe? Ya ves que cuando digo que Serrat siempre tiene un temita apropiado para la ocasión, no miento. ¿Te estás volviendo tú también serratiana?

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    1. Todo se pega, todo se pega... No sé si realmente Serrat tiene un tema para todo, pero está bien claro que tiene muy buen gusto. O sea, que no me importaría nada terminar incluida en su club de fans.

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  2. ¡Qué precioso poema, no lo conocía! Vengo de leer tu postura sobre el nuevo Quijote de Trapiello. Lo que a mí me molestaba desde el principio era ese dar por hecho que un español de hoy no lo iba a entender cuando yo, como tú, como mi padre, como tanta gente, lo hemos leído sin excesivos problemas y nos hemos reído y emocionado igual. Ese infantilizar al lector. Pero he ido variando, poco a poco, de opinión... habrá quien necesite esto para acercarse al libro y quien después sí se acercará al original, que ahí sigue estando, siempre...

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    1. Gracias, Mer, por tu comentario. Sí, el original estará ahí siempre (mientras a las editoriales les resulte rentable, claro). Si no, quedará como una especie protegida en el parque natural de las bibliotecas. No tengo nada en contra de las aproximaciones o adaptaciones. Sólo me molesta, junto a lo que tú mencionas (su prepotencia, su paternalismo), la falta de imaginación que supone una "traducción" y la posible confusión que puede generar: habrá quien crea estar adquiriendo el Quijote de Cervantes en la edición de un tal Trapiello. El Quijote puede inspirar poemas como el de León Felipe, Vidas de don Quijote y Sancho, como la de Unamuno, hasta El idiota de Dostoievski. Pero supongo que esto no vende tanto como el de probar a dar gato por liebre. Espero, por lo menos, que quien necesite esta "adaptación" no quede espantado por la prosa de Trapiello y definitivamente huya del original (que supondrá más difícil). Ojalá estés tú más cerca de la verdad que yo. Te lo digo de corazón. Un saludo y hasta pronto.

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